El iPad o el futuro de los ordenadores

Han pasado ya varios días desde que Apple anunció el iPad, y desde el final de la conferencia de prensa intenté buscarle sentido al trasto.

Al fin y al cabo, es un iPod Touch en grande, con todas sus limitaciones. Por más vueltas que le daba con un par de amigos también muy aficionados a esto de la tecnología, no veíamos el hueco de mercado que puede rellenar esto.

"Chicos, no os váis a creer lo que se me ha ocurrido"

Y luego eso de eliminar la abstracción en las interfaces, convirtiendo la colección de libros en una imagen de una estantería con las portadas en lugar de una cómoda lista de títulos.

  • Qué tontería -pensaba yo-. ¿Quién coño va a utilizar eso?

Entonces encontré un post de blog que me iluminó. Me hizo ver que estoy desconectado con la realidad. No tengo ni idea de cómo es el usuario promedio de un ordenador.

A mí me costó unos cuantos minutos entender ese enlace que he puesto. ¿Por qué en mitad de un post de blog sobre el login de Facebook hay un aviso explicando que esa página no es Facebook?

  • Qué tontería -pensé yo-. ¿Quién coño va a confundir eso con Facebook?

"¿Qué es eso de que no puedo jugar al Rogue en mi portátil nuevo?"

Y entonces llegué a los comentarios. La verdadera belleza de Internet. El contenido generado por el usuario. La opinión de cada una de las personas que han llegado a ese blog porque durante varios meses era el primer resultado en Google al buscar «Facebook login». Los lamentos frustrados de personas (cuyas cuentas de Facebook, caras y nombres podéis ver haciendo click) que no encuentran su botón de Farmville.

Estas personas son las mismas que hacen click con total confianza en los enlaces que les mandan sus amigos, diciéndoles que van a ver fotos sexys -aunque sus amigos nunca han hablado inglés o portugués-.

Las mismas que están pagando el déficit de Nigeria o de Colombia enviando dinero porque un email les dijo que habían heredado un tesoro pero que necesitaban pagar las tasas antes.

Las mismas que a mí -y seguro que a muchos de los pocos amigos míos que van a leer esto- le han pedido en repetidas ocasiones que «les mire a ver el ordenador, que no funciona».

Llevo toda la vida siendo un elitista de mierda con estas cosas, vacilando de lo larga que la tengo porque empecé a usar ordenadores en 1987 y riéndome entre dientes de los usuarios medios, pero me debo estar ablandando con la edad, porque he llegado a una conclusión que me aterra y me apacigua el alma, a partes iguales.

Ellos no son la anomalía, ellos son la norma. Y nosotros, los usuarios del núcleo duro, somos los que estamos haciendo que todo esto vaya más lento, con nuestros sistemas operativos llenos de opciones, mods, parches y polleces.

Yo quiero una maquinica que me sirva para ver las pelis del internet y chatear en el facebook.

"¿2girls1cup? ¿Eso es las chicas de oro en inglés?"

Con suerte, las pelis y el chat les entretienen tanto que ya no necesitarán el Solitario ni el Buscaminas.

Grunge y mal gusto

Mañana hará ya un par de semanas que me introduje de morros en The Beatles: Rock Band. Bella experiencia. Todo muy entretenido, con alguna que otra camarada cibernauta viniendo a cantar y a trastear con instrumentos de plástico. Pero el juego tiene una característica que lo separa del resto de juegos del género, incluyendo los específicos de grupos, como los Guitar Hero: Metallica/Aerosmith/Van Halen: tanto la imagen de los Beatles como su obra está tratada con un respeto casi religioso. Muchas de las libertades de otros juegos, como añadir frases de batería improvisadas, variar el tono de las notas de guitarra o incluso suprimir la pista de voz para cantar encima no existen en este juego.

Cosas de artistas, supongo. Paul y Ringo estuvieron echando un ojo durante el proceso de desarrollo, y las viudas de los otros dos que ya no están para echar ojos lo hicieron en su lugar. Un control sobre el material algo estricto, pero qué coño, ellos se lo pueden permitir. Y cuando se trata de obras de arte con artistas muertos de por medio, prefiero el exceso de celo a la dejadez.

Y hablando de viudas y dejadas, la antaño consorte de Kurt Cobain levantó bastante polvo al ver la reacción popular al tratamiento nada respetuoso de la imagen del Grunge entre Grunges. Hasta los otros dos componentes de Nirvana hicieron una declaración al respecto.

YEEEEEEEEEAH BOIIIIIIIIIIIIIIIII

Courtney Love se quejó y dijo que ACTIVISION SMUGLY BOASTING OF RAPE, que ella no había firmado nada, que ¡cómo se atrevían! Activision contestó diciendo que ahí tenían los papeles firmados y que el problema era de ella por no leerlos. Si lo que quería era que Kurt Cobain sólo apareciera en las canciones cantadas por Kurt Cobain, debía haberlo dicho ANTES DE FIRMAR. Dos días y dejó de ser noticia. ¡A seguir vendiendo figuritas y lunchboxes!

Aqui no me falla la memoria, este señor terminó llevándose una escopeta a la boca por lo mal que llevaba la fama (entre otras muchas cosas). Aquí es cuando peco de hipersensible, y puede que sea porque era chavalillo cuando esto ocurrió, pero tener a Kurt Cobain rapeando como Flava Flav mientras un esqueleto toca la batería invisible detrás de él y un avatar de Xbox 360 le hace los coros dando molinetes Towshendescos a la guitarra me parece de un mal gusto de mil pares de cojones.

Los videojuegos son peligrosos y discriminan por sexo.

O eso es lo que aprendí leyendo este artículo de elmundo.es.  Ya me gustaría poder tener acceso completo a dicho estudio para aproximarme un poquito al proceso mental que les ha llevado a escribir eso en un periódico digital tan importante. Será que es verano y dejan que cualquier becario publique algo.

Mis queridos compinches Mónica Vázquez y Lobo me ayudaron a echarme a la calle y ver qué opinan los encantadores corresponsales que nos regalaron unos minutillos un viernes por la noche.

(Gracias a Anabel y a Mandy por su post-colaboración, podéis ver el vídeo en HD si accedéis directamente al link de youtube)

F f f f f freestyler

Hace poco más de dos años que un trailer llamó mi atención por dos razones. Primero, hizo que empezara a creerme que EA ya no eran máquinas de hacer FIFAs y NIFORESPÍS. Estaban usando todo el potencial que tienen para ayudar a crear juegos nuevos y originales.
Segundo, cualquier distopía orwelliana hace que se me caigan los pantalones, tal que así. BAM. Sin más consideración. Y el hecho de tener un paisaje de rascacielos y parques luminosos y desaturados con colores planos perfilando aspectos de la ciudad ayudó. Bellísima estética, pardiez.

Y aunque estuve jugándolo de nuevo hace un mes, esa no es la razón por la que me ha dado por escribir ahora de él. El momento de iluminación me vino el otro día viendo en el autobús un videoclip de mi adolescencia. ¡Resulta que DICE tomó prestada esa estética tan impactante de un vídeo de sus vecinos finlandeses Bomfunk MC!

Y no había caído hasta ahora en lo influyente que fue esta obra maestra de la música hip hop. Seguro que Braid y Prince of Persia: Sands of Time tomaron buena nota del mando chungo ese de Minidisc.
ROCK THE MICROPHONE